Un equipo de científicos de las universidades de Texas y Iowa
(EE UU) han descubierto dos
mutaciones genéticas que parecen asociarse con un mayor
riesgo de desarrollar trastornos de alimentación como la anorexia nerviosa y la bulimia, lo
que indica que estas enfermedades tienen un componente hereditario.
Según los científicos, a través del estudio de la genética
de dos familias afectadas por los mencionados trastornos de la alimentación se
detectaron dos mutaciones genéticas, una en cada familia.
Se analizó a 20 miembros de tres generaciones de una misma
familia (diez personas afectadas y diez no afectadas) y ocho de una segunda
familia (seis afectados y dos no afectados). El gen descubierto en la familia
más grande era ESRRA, que activa la expresión de otros genes. La mutación
asociada con trastornos de la alimentación disminuye la actividad de ese gen.
Mientras que el gen hallado en la segunda familia es un represor
transcripcional llamado histona deacetilasa 4 (HDAC4), que desactiva los
factores de transcripción, incluyendo ESRRA. Esta mutación es inusual en el
sentido de que aumenta la actividad del gen, puesto que la mayoría de las
mutaciones disminuyen o destruyen la actividad de un gen.
Estos dos genes están implicados en las vías metabólicas en
el músculo y el tejido graso, además de que ambos están regulados por el
ejercicio. Ambos genes actúan sobre la misma vía de señalización en el cerebro, y las dos mutaciones producen el mismo efecto biológico, según explican los autores del estudio en la revista especializada Journal of Clinical Investigation.
Los científicos responsables del estudio, planean estudiar el papel
de estos genes en ratones y en cultivos de neuronas para saber exactamente qué
están haciendo en el cerebro, además de buscar maneras de modificar la
actividad de los genes, con el objetivo a largo plazo de encontrar pequeñas
moléculas que podrían desarrollarse en las terapias para los trastornos
alimenticios.
Los resultados sugieren que esta vía podría representar
una nueva diana para comprender y tratar potencialmente trastornos de la
alimentación.
Así que sufriendo esta enfermedad ya no sólo nos haremos daño nosotros mismos sino a nuestra familia y a nuestros hijos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario