Los selfies de mujeres (cada vez más niñas) con poca ropa, enseñando el ombligo y con unos shorts que más parecen ropa interior que exterior ejercen una presión muy grande en las niñas, jóvenes y mujeres en lucir tan esbeltas con tan poco ropa como aquellas. No se pueden quedar por fuera los selfies de los hombres (cada vez más niños) que antes de tomarse la foto hacen 300 flexiones y buscan la camiseta más apretada que consigan en su armario para que se puedan ver todos los músculos que tienen y los que no también, a veces omiten la camiseta para enseñar el 6 pack que tanto les ha costado conseguir; y aquí es donde se sienten presionados los niños, chicos, hombres y todo aquel que quiera verse musculoso y que tenga el cuerpo de un simple mortal.
Es que la globalización en el aspecto de las redes sociales ha logrado cargarnos de preocupaciones e influencias realmente de muy dudosa procedencia porque hay cuerpos que simplemente no van a ser nunca tan delgados como para que se le marquen los huesos (sin pasar por una dolorosa historia) y simplemente hay que lograr conseguir la belleza ahí también. Sólo tenemos que retroceder un poco en la historia para darnos cuenta que dependiendo de la época y la cultura la belleza corporal variaba, hubo un momento en donde para que fueras considerado bello debías ser gordo y ciertamente en la actualidad, en Mauritania las mujeres engordan a la fuerza a sus hijas porque en su cultura las mujeres obesas son consideradas bellas, ricas y adaptadas socialmente.
Así que realmente el concepto de belleza debe venir de cada uno de nosotros, aceptándonos como somos, está bien ser saludable pero no llegar al extremo de poner en riesgo nuestra propia vida para conseguir un estándar de belleza que nos han impuesto a la fuerza y que nunca nos preguntaron si nos parecía correcto o no.
Niña de Mauritania
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